Documentos CNDU

Thursday, August 31, 2006

Día Internacional de la Alfabetización

Mensaje del Sr. Koichiro Matsuura, Director General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional de la Alfabetización
8 de septiembre de 2006

La celebración anual del Día Internacional de la Alfabetización el 8 de septiembre nos brinda una oportunidad de recordarle al mundo la importancia de la alfabetización para los individuos, las familias, las comunidades y las sociedades en su conjunto. Es también la ocasión de recordar que la alfabetización es un derecho que se deniega a aproximadamente la quinta parte de la población adulta mundial. El reto mundial al respecto consiste en convertir en actos esa conciencia de la importancia de la alfabetización, sembrándose así esperanza en millones de mujeres, hombres y niños que no saben leer o escribir ni sus propios nombres.
Se han logrado avances considerables en numerosos países pobres. El Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo (2006) muestra que el número de matrículas en la educación primaria se ha incrementado tanto en el África subsahariana como en Asia meridional y occidental en casi 20 millones de nuevos alumnos por cada región. Unos 47 países han logrado instaurar la educación primaria universal y se espera que otros 20 lo consigan para 2015. El número de matrículas de niñas en la educación primaria también ha aumentado rápidamente, a medida que se han ido incorporando disposiciones relativas a la igualdad de los sexos y la calidad educativa a los planes de educación nacional. Lograr la educación primaria universal (EPU) es vital si se quiere reducir el caudal de jóvenes que llegan a la edad adulta sin un buen dominio de las competencias básicas de lectura y escritura.
También se han logrado avances gracias a la alfabetización de adultos y a programas de educación no formal en múltiples países, pero sigue habiendo enormes desafíos. Se estima que unos 771 millones de adultos, de los que dos tercios son mujeres, carecen de competencias básicas de lectura y escritura. Unos 100 millones de niños, de los que más de la mitad son niñas, aún no están escolarizados. Por otra parte, no habrá sostenibilidad de la alfabetización mientras los índices de abandono escolar sigan siendo elevados. En el plano mundial, sólo se asigna a la alfabetización de los adultos el 1% de los presupuestos nacionales de educación. Tanto los gobiernos como los organismos de ayuda muestran a las claras, en la práctica, que no conceden la prioridad suficiente a los programas de alfabetización de adultos y jóvenes. Si se quieren alcanzar los objetivos del Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización (2003-2012) y la meta relativa a la alfabetización de la Educación para Todos, habrá que traducir los compromisos en actos.
La alfabetización es importante por sí misma, pero también suele considerársela uno de los más eficaces instrumentos de desarrollo; de ahí que sea tan de lamentar la consideración relativamente escasa que se le otorga. A la luz del Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización y del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014), parece evidente que la alfabetización no sólo es un resultado positivo de los procesos de desarrollo, sino también un motor de cambio y un medio de conseguir un mayor progreso social. Por ello, el tema de este Día Internacional de la Alfabetización es “La alfabetización, base del desarrollo”.
Con este tema se intenta poner de relieve que, además de las facultades cognitivas de lectura, escritura y aritmética, la alfabetización también sirve para adquirir competencias vitales y de aprendizaje que, de consolidarse mediante el uso y la aplicación a lo largo de la vida humana, acarrean formas sostenibles de desarrollo individual, comunitario y social. Los programas de alfabetización se centran cada vez más en esta relación, como puede verse en el hecho de que a menudo se asocie estrechamente la alfabetización con la adquisición de otras competencias en materia de medios de sustento, generación de ingresos, capacidad de gestionar pequeños negocios, protección del medio ambiente, nutrición y salud (lo que comprende la prevención del VIH y el SIDA).
Por estas razones, es imprescindible que la adquisición de competencias de lectura y escritura se lleve a cabo en coherencia con las circunstancias concretas, especialmente en lo que a la identidad, la cultura y la vocación se refiere. La alfabetización posibilita el desarrollo de nuevas capacidades y el ejercicio de nuevas libertades, lo que puede tener un efecto transformador en la vida de los seres humanos. Para que este efecto sea perdurable, la alfabetización debe cimentarse y apoyarse en la disponibilidad de libros, periódicos, revistas, ordenadores y otras formas de comunicación escrita. La alfabetización no podrá ser base del desarrollo si se la deja marchitarse y morir por falta de materiales.
Las labores de alfabetización no pueden llevarse a cabo sin manos amigas. Por lo que hoy deseo celebrar los extraordinarios logros de un sinnúmero de mujeres y hombres de diferentes regiones del mundo –maestros, preceptores de alfabetización, agentes comunitarios, familiares, amigos, voluntarios y otros individuos– que trabajan incansablemente para ayudar a que otros se expresen por medio de la palabra escrita. Con sus pequeños pasos, en el plano local, están logrando grandes adelantos en muchas vidas humanas, y merecen pues nuestro apoyo y nuestra estima. Que el Día Internacional de la Alfabetización sirva para que su empeño y compromiso den al mundo un luminoso ejemplo de la trascendencia de la alfabetización.


Koichiro Matsuura

Thursday, August 17, 2006

Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición

Mensaje del Sr. Koichiro Matsuura, Director General de la UNESCO,
con ocasión del Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición
23 de agosto de 2006
El Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición supone una importante ocasión para recordar a la comunidad internacional la especificidad de esa tragedia, sus persistentes consecuencias para las sociedades modernas y el papel que desempeñaron tanto esclavos africanos como abolicionistas a la hora de acabar con tamaño crimen contra la humanidad.
La decisión que en 1997 tomó la Conferencia General de la UNESCO de proclamar el 23 de agosto “Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición” fue fruto del gran interés y las expectativas que había suscitado en 1994 el inicio del proyecto de la UNESCO “La ruta del esclavo”. Conscientes de que el hecho de obviar u ocultar acontecimientos históricos de gran importancia como la trata de esclavos constituye en sí mismo un obstáculo al entendimiento mutuo y la reconciliación internacional, y por lo tanto a la paz, los Estados Miembros de la UNESCO llegaron a la conclusión de que era necesario un día internacional de conmemoración para generar una mayor conciencia y comprensión de esa tragedia. La conciencia de la humanidad debe someter a juicio la trata de esclavos y la esclavitud como epítomes de la negación de los derechos humanos más fundamentales. Por los niveles de explotación y violencia extrema que caracterizaron la trata de esclavos, los monstruosos argumentos esgrimidos para justificarla y las paradójicas interacciones a las que dio origen, esa tragedia sigue estando íntimamente ligada a los problemas más candentes del mundo contemporáneo. Nuestra relación con este pasado está presente en los actuales debates sobre cómo manejar recuerdos dolorosos, construir identidades nacionales y forjar nuevas formas de ciudadanía.
El Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición nos brinda la ocasión de reflexionar colectivamente no sólo sobre las causas históricas, repercusiones y engranajes de esta tragedia, sino también sobre el extraordinario diálogo intercultural entre distintos pueblos que generó en Europa, el continente americano, el Caribe, el Océano Índico y, a decir verdad, el mundo entero.
Gracias al valioso asesoramiento y apoyo intelectual de nuestros colaboradores, y en particular del nuevo Comité Científico Internacional del Proyecto “La ruta del esclavo”, la UNESCO ha podido ayudar a muchos países a reabrir esas trágicas páginas de su historia y realizar todo el trabajo de memoria. También hemos podido ayudar a otros Estados a reconocer las notables aportaciones de los esclavos africanos a las sociedades de acogida y a loar la excepcional diversidad cultural que resultó de esos contactos. Hoy en día, varios países del mundo como Francia, Canadá, Mauricio y diversos países del Caribe han elegido una fecha conmemorativa con el fin de volver sobre su historia, cicatrizar las viejas heridas y construir así un futuro mejor.
Las actividades realizadas en 2004 como parte del Año Internacional de Conmemoración de la Lucha contra la Esclavitud y de su Abolición sirvieron para insistir muy especialmente en el reconocimiento de nuestro deber ético de recordar a las víctimas de injusticias pasadas. En el mismo sentido, la conmemoración del bicentenario de la abolición de la trata de esclavos que el año que viene celebrará el Parlamento británico vendrá a reafirmar la absoluta necesidad de educar a las nuevas y las futuras generaciones dentro de un espíritu de entendimiento mutuo, respeto y diálogo, promoviendo el conocimiento y disfrute de la diversidad cultural y ayudando, con ello, a poner los cimientos de una paz duradera.
Koichiro Matsuura